Entendé tus ritmos biológicos y empezá a usarlos a tu favor.
Hay días que te levantás con energía, foco y claridad. Y otros que te sentís apagado, pesado, desenfocado. ¿Qué cambió? Probablemente, nada externo. Lo que cambió fue tu ciclo interno.
¿Qué son los ritmos circadianos?
Son ciclos biológicos de 24 horas que regulan funciones como el sueño, el apetito, la temperatura corporal, la secreción hormonal y el nivel de alerta. El cuerpo humano funciona con reloj propio, que está sincronizado con la luz, la oscuridad y tus rutinas.
Cada persona tiene un perfil biológico que determina a qué hora del día rinde mejor. Los principales son:
- Matutinos: energía alta a la mañana, decae por la tarde.
- Intermedios: estables todo el día.
- Nocturnos: lentos al comenzar el día, pico de rendimiento tarde o noche.
Forzarte a rendir cuando tu cuerpo está en “modo bajo” es como remar en dulce de leche.
Cómo usarlos a tu favor:
- Programá tareas importantes cuando tenés tu pico de energía.
- Evitá sobreexigirte en tus horas bajas: ahí es más fácil frustrarte o abandonar.
- Comé, entrená y descansá en horarios consistentes: el cuerpo ama la regularidad.
- Observá tus ciclos naturales por unos días y diseñá tu agenda en torno a ellos.
Conclusión: Tu cuerpo no está en contra tuyo. Solo necesita que entiendas cómo funciona tu reloj interno para rendir mejor, con menos esfuerzo.