
Cada 1 de enero pasa algo biológico, no mágico.
El cerebro interpreta los “comienzos” como puntos de reseteo mental, una especie de ventana motivacional que activa la dopamina y hace que quieras mejorar.
A esto se lo llama “efecto hito”: fechas especiales que separan tu yo pasado del yo que querés construir.
¿Por qué es más fácil fijar metas en enero?
- El cerebro necesita cortes simbólicos para sentir que empieza algo nuevo.
- La dopamina aumenta ante la expectativa de cambio.
- Tenés más energía mental para proyectar que para sostener.
Pero ahí está el desafío: la motivación inicia, el sistema sostiene.

Cómo poner metas que no se diluyan en febrero
✔️ Que sean específicas. “Mejorar mi salud” no sirve; “entrenar 3 veces por semana” sí.
✔️ Que tengan un porqué emocional. Sin propósito, no hay constancia.
✔️ Que empiecen chico. El cerebro odia los cambios gigantes; ama los progresivos.
✔️ Que se vuelvan visibles. Calendario, checklist, todo lo que haga tangible el avance.
✔️ Que sean revisables. No metas rígidas: metas vivas.
Un tip poderoso: mentalidad de proceso, no de resultado
Si hacés que tu foco esté en la acción (lo que hacés hoy), no en el final (lo que querés lograr), el cambio dura.
