Vivimos en la era de la información. Pero lo que parecía un beneficio infinito terminó convirtiéndose en una carga: nuestro cerebro no está preparado para procesar tanto contenido diario.
- En un solo día, una persona promedio procesa el equivalente a 34 gigabytes de información.
- Eso son más de 000 palabras que entran en tu mente cada 24 horas, entre redes, mails, noticias, mensajes y pantallas.
- Nuestro cerebro evolucionó para manejar estímulos simples y lineales, no este bombardeo constante.
¿Qué pasa en el cerebro con la sobrecarga informativa?
- Se satura la memoria de trabajo (la que usamos para procesar lo inmediato).
- Aumenta la fatiga cognitiva: cuesta más concentrarse y se pierde claridad mental.
- Genera parálisis por análisis: demasiada información frena la capacidad de decidir.
- Produce ansiedad y sensación de no “estar al día”, aunque nunca sea posible.
- Higiene digital: menos notificaciones, menos pestañas abiertas.
- Curar tus fuentes: elegí calidad antes que cantidad.
- Periodos de desconexión total: dejar espacio vacío para que el cerebro procese.
- Método “input-output”: por cada hora de consumo de información, generá algo (escribir, compartir, crear).
Conclusión: No necesitamos más información. Necesitamos mejor filtro. Tu cerebro rinde más cuando recibe lo justo y necesario.